Pero si EL GALANTE AVENTURERO tuvo mala suerte, el siguiente gran proyecto que puso en marcha Debrigode, SERVICIO SECRETO (ver post Genio y figura. Dos estilos para dos éxitos) fue un éxito sonado. Debrigode no era el único autor de la colección, claro, pero sin duda fue el que en los primeros años de la serie marcó la pauta a seguir.
¿Fue ese éxito el que le hizo ganarse (aún más) la confianza de la editorial? ¿O fue el recuerdo de EL PIRATA NEGRO (que acabó en 1949) uno de los mayores éxitos comerciales de aquel tiempo? La cuestión es que en mayo de 1952 apareció la COLECCIÓN IRIS una de las series de bolsilibros más peculiares de Bruguera.
Dicha colección iba a ser responsabilidad exclusiva de Debrigode, bajo el pseudónimo de Arnaldo Visconti, y cada entrega iba a ser protagonizada por un personaje distinto hasta un total de cuatro diferentes.
El primero, como es lógico, fue EL PIRATA NEGRO, el segundo DIEGO MONTES, el tercero EL HALCÓN y el cuarto EL AGUILUCHO (éste de nueva creación). EL PIRATA NEGRO era apuesta segura pero el resultado del resto era más difícil de predecir. DIEGO MONTES y EL HALCÓN fracasaron en su día ( sus colecciones duraron 6 y 10 números respectivamente) y EL AGUILUCHO al ser recién llegado era un incógnita.
No importaba, Bruguera confiaba en Debrigode con toda la razón. Su estilo estaba perfectamente depurado. Dominaba no sólo la caracterización de personajes sino que la longitud de la novela se ajustaba como un guante a sus tramas, lo que hacía de cada entrega una auténtica delicia.
Las cuatro entregas dedicadas al EL PIRATA NEGRO fueron las siguientes:
1.- La primera aventura – Mayo 1952
5.- Los hampones del mar – Junio 1952
9.- Perlas y tiburones - Junio 1952
13.- Morgan contra Lezama - Julio 1952
Cada una de las entregas es autoconclusiva, pero juntas forman un fresco magnífico donde no sólo se nos da a conocer la juventud del Carlos Lezama (el otro "yo" de EL PIRATA NEGRO) sino que vemos y entendemos las circunstancias que le llevaron a ser el complejo personaje que conocemos. Con una economía de medios admirable, Debrigode, prima la acción pero con mesura, con el objetivo de que no se aturulle la lectura y deje espacio narrativo a la descripción de los personajes. Cada entrega va avanzando un paso más hasta formar una tetralogía tan buena como desconocida.
¿A dónde hubiera llegado Debrigode si hubiera continuado la serie (la COLECCIÓN IRIS cerró en el número 16 de agosto de 1952)? Es difícil decirlo pero el límite era el cielo. Escribiendo en un formato casi hecho a su medida y con ambientes y personajes de su total agrado podría sino revolucionar el género de aventuras, sí darle una vuelta de tuerca importante.
Y a esta pregunta se le suma otra ¿Por qué cerró la COLECCIÓN IRIS? La respuesta evidente serían las ventas. Y quizá fue así. Pero ¿quién sabe? Dicha colección suponía un esfuerzo creativo importante al implicar la escritura una novela por semana. Pero claro, sin dejar la colección SERVICIO SECRETO y sobre todo, con el encargo de ser parte fundamental de una serie hermana a ésta, DETECTIVE, donde por cierto, Debrigode está especialmente inspirado y escribe algunas de las mejores novelas policíacas de su carrera. Todo ello sin contar incursiones en otros géneros y otras series. Quizá la presión de producción era demasiado para él y tuvo que sacrificar algo. O en Bruguera veían que era más rentable en otras colecciones que en la “suya”, lo que no implicaba que COLECCIÓN IRIS diera pérdidas. O …
Como viene siendo habitual en este blog, preguntas sin respuesta pero que, humildemente, creo que vale la pena hacer. Y lo que es seguro, es que vale la pena leer el origen de EL PIRATA NEGRO :-)